
Plaza de San Jorge y Casa de los Becerra
Nos adentramos en la plaza de San Jorge, uno de los espacios emblemáticos de Cáceres que, paradójicamente, fue inventado en el siglo XX. La plaza debió aparecer en el siglo XVIII, cuando se reordenó todo este espacio urbano para construir la iglesia y convento de San Francisco Javier, pero fue bajo el gobierno de Alfonso Díaz de Bustamante cuando se ideó la reforma de este espacio.
Aquí, como recuerdan quienes tienen cierta edad, había un desnivel y una fuente, pero se ideó esta escenografía, con escalera de doble desarrollo a la imperial (que resalta la altura de la iglesia) y espacios comerciales turísticos a la izquierda del espectador, todo en cantería y mampostería, en el más puro estilo conservacionista bustamantino. En el centro de la hornacina se situó un san Jorge de José Rodríguez.
Diremos que estuvimos a punto de tener en su lugar una imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre que Alvaro Cavestany había visto en un anticuario. La estatua que da nombre a la plaza representa al patrón de la ciudad, San Jorge, en cuya festividad del 23 de abril de 1229 se reconquistó la ciudad. La representación es una de las iconografías más habituales, a caballo alanceando al dragón del que defendió a la Princesa Alejandra y consiguió su conversión.
Símbolo de un maniqueísmo precristiano, la autenticidad de San Jorge se puso en tela de juicio en el Concilio Vaticano II. Llama, en cualquier caso, la atención la escasa o nula devoción que se tiene a San Jorge. En casi ocho siglos de patronazgo no se le ha levantado ni una iglesia.
Recreación inexistente, pero el resultado es agradable y los cacereños se han identificado con él pese a la modernidad del mismo. Su autor, José Manuel González Valcárcel, arquitecto municipal, autor de lo que hoy conocemos como parte antigua, que dio esa pátina historicista que posee.
A la derecha de la plaza se alza la casa de los Becerra, levantada a finales del XV por frey García Becerra, comendador de la Orden de Malta (enterrado en un sepulcro en Santa María entre la puerta de la antigua sacristía y la capilla del sagrario), hijo de Gonzalo de Becerra y de Mayor García de Paredes. El primer Becerra que se conoce en Cáceres fue Lorenzo Pérez Becerra, a comienzo del XV y la lista de personajes ilustres de esta familia llega casi a nuestros días, con Gómez Becerra, en el XIX, pero es en el siglo XV donde con mayor esplendor brillan: Diego Becerra, que es el progenitor de los Becerra de Mérida y que murió en la batalla de la Ajarquía en 1483, cuando luchaba junto a Alonso de Cárdenas; Fernando Becerra, que combatió con Juan II, los dos Fernandos Becerra, Gonzalo Becerra, nombres para siempre ligados a las órdenes de caballería.
La fachada es pesada, con escasos vanos que acentúan su carácter de casa fuerte. Amplia portada de medio punto con dovelas, ventanal central con columnas ricamente labradas en basa y capitel, sobre ella, flanqueada de dos espectaculares escudos con cuartelados de Becerra, Paredes, Ribera y Orellana, timbrados con yelmo y cimera de león y acolados sobre estandartes que resaltan la dignidad de Comendador de Malta. El patio interior es hermoso, a dos alturas, arquitrabado. De los marqueses de Monroy pasó a los marqueses de Torres Cabrera, y de éstos a los Muñoz, hasta que fue adquirida por Mercedes Calle y Carlos Ballestero, quienes instituyeron la creación de una fundación que está llevando a cabo la restauración del edificio, con parámetros conservacionistas, y que tendrá aquí su sede.